Si usted no mantiene abierta su mente a nuevas experiencias, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si usted toma más de lo que da, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si usted utiliza su voz para desmontar metáforas de aprendizaje, destruir las ideas de los demás o hacer ataques personales, cualquiera que sea su grado de pasividad-agresividad, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si pasa mucho tiempo discutiendo los significados, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si sus alumnos no son dueños de sus creaciones, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si promueve conferencias y exige a los conferenciantes que tengan listos sus temas de presentación con más de tres meses de antelación, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si odia su trabajo, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si usted está acumulando conocimientos valiosos a la espera de la perfecta oportunidad para publicarlos, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si sólo consume y no produce, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si pone trabas al aprendizaje de los estudiantes al negarse a utilizar las herramientas proporcionadas por su institución, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si obedece la letra de la ley, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si no sabe reconocer que se equivoca, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si no puede empezar de cero, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si sus estudiantes no pueden decirle lo que han aprendido (utilizando para ellos sus medios de comunicación favoritos), usted es un estorbo para el aprendizaje. Si usted nunca pregunta a los estudiantes cómo quieren aprender, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si usted piensa que enseñar consiste en controlar, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si obtiene más placer al probar una nueva herramienta que al ver la chispa en la mirada de sus estudiantes, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si el número de lectores de su blog, seguidores de Twitter y amigos en Facebook tiene más significado para usted que el cuidado de las relaciones individuales, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si se dedica a despotricar y a desahogarse más que a animar y a inspirar, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si no sabe reírse de sí mismo, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si rellenar su currículum tiene prioridad sobre la búsqueda de un puesto en el que pueda brillar más, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si está en ello por el dinero o la fama, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si usted no puede dedicar cinco minutos al día para ayudar a alguien fuera de su institución, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si usted piensa que no es necesario conectar con otras personas, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si usted piensa que sólo hay una mejor manera de aprender, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si usted cree a alguien sólo por su reputación y no prueba las cosas usted mismo, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si se queja sin ofrecer soluciones o sin buscar consejo, usted es un estorbo para el aprendizaje. Si usted es un estorbo para el aprendizaje, por favor, apártese, algunos de nosotros queremos volver a nuestro trabajo.
Artículo de Jen Jones, original en inglés. Traducción realizada por Esperanza Román Mendoza
Vía: Aulablog21, vía: Blog del IES Juan Bautista
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