31 marzo 2008

Non potest ignorari

En Jaén, una tierra olvidada para tantas cosas, disponemos de restos arqueológicos que esperan paciente y peligrosamente las inversiones que permitan sacarlos a la luz. La inclusión en la red de yacimientos visitables de las excavaciones de Puente Tablas se produce más de veinte años después del comienzo del trabajo en la zona y sólo es un rayo de luz para que su visita pueda hacerse realidad más pronto que tarde.



El inventario arqueológico de la Delegación de Cultura destaca que la provincia de Jaén reúne una singularidad casi exclusiva en la tierra andaluza. Más de 545 lugares que esconden bajo tierra la herencia del paso de los iberos por la provincia y otros tantos con restos de la edad del Bronce, del calcolítico o de las épocas islámica o romana ofrecen una vasta riqueza patrimonial bien conservada pero aún muy lejos de convertirse en el conjunto museístico que haría de Jaén una ventana de la historia.
La lentitud con la que llegan las inversiones y el continuo enfrentamiento entre el sector de la construcción y la arqueología suponen un potente muro que se empeña en ocultar a los ciudadanos o encerrar en vitrinas de museo las muestras más singulares de periodos pasados. Es lo que ocurre en el oppidum ibérico o ciudad fortificada de Puente Tablas. Salió a la luz en los años 70 y desde 1981 expertos arqueólogos, dirigidos por el subdirector del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica de la UJA, Manuel Molinos, trabajan en su musealización. Molinos indica que el yacimiento del Puente Tablas debe enfrentarse continuamente a los intentos de los constructores por edificar sobre él. Quizá por este motivo y por la insuficiencia de las partidas presupuestarias, veintisiete años después la zona no es aún visitable. Molinos es optimista y recuerda que en los últimos años y gracias a la incorporación de la excavación en la Red de Yacimientos Arqueológicos Visitables (Red Raya) se ha avanzado en él a ritmos desorbitados. No en vano, se han hecho ya varios trabajos de restauración de la muralla y de las casas y se espera la aprobación definitiva por parte de Cultura para poner en valor el palacio aristocrático interior y la puerta. «Ahora se encuentra en un estado bastante lamentable en cuanto a conservación que poco a poco intentamos superar» apunta Molinos.

Al yacimiento de Puente Tablas se iguala en riqueza y supera en extensión la zona conocida como Marroquíes Bajos. Comprende desde el parque de La Victoria hasta el Bulevar. Más de 100 hectáreas repletas de restos iberos, necrópolis musulmanas, cuevas del calcolítico y restos del paso de los romanos e islámicos por la capital jienense. En Marroquíes Bajos se trabaja desde hace años para convertir la parte baja de El Bulevar, entre ellas la finca de la familia de Los Robles, en la que se ha descubierto una villa romana. Esta es aún de propiedad privada. Según explican desde el Centro de Arqueología Ibera, la Junta negocia su compra y, al mismo tiempo, diseña un proyecto de musealización para convertirla en área recreativa. También está dentro de Marroquíes Bajos el solar en el que se construirá la futura Ciudad de la Justicia y bajo el que se han encontrado una necrópolis musulmana y varias cuevas del calcolítico. La Administración autonómica está dispuesta a integrar estas últimas en el nuevo Palacio de Justicia, pese a que ello suponga un importante incremento de las inversiones previstas y un retraso en la finalización de las obras.

Más lentos transcurren los procesos para adecuar la necrópolis bajo la calle Cristo Rey. Cultura la compró recientemente a sus propietarios y todavía estudia el modo de mostrarla al público. Bajo el solar del que aún no se conoce destino claro, el APA III, hay importantes restos medievales, según afirma Rafael Cámara, de la Asociación Iuventa y entre la calle Santo Domingo y el Palacio de los Uribe, conviven restos del Palacio delos Reyes Moros que podrían desparecer si no comienza su adecuación.



Fuente: Diario Ideal

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