31 enero 2009

Muerte en la enseñanza

Con motivo del fallecimiento del profesor de francés Juan Luis Rodríguez en el pasillo de su propio centro y en horas de trabajo, y a raíz de la falta de consideración mostrada por la Delegación de Cádiz y la Consejería de Educación andaluza ante este terrible suceso, el claustro de profesores del IES Castillo de Luna ha escrito la siguiente carta:
 MUERTE EN LA ENSEÑANZA
(A la Delegación de Cádiz y la Consejería de Educación)

Se fue sin que vosotros, burócratas rutinarios, os acercaseis a prestar un mínimo apoyo, unos grados de calor humano a un claustro enmudecido y lloroso, a unos alumnos conmocionados. Os creéis que vuestro sueldo sólo os obliga a un frío e impersonal telegrama con el que vuestra “noconciencia” quede libre y sosegada.
Murió con la tiza, que vosotros ya no conocéis, entre las manos, con el libro, que ya no leéis, abierto, con las gafas sobre la mesa, con las que ahora podemos leer su testimonio. Murió un
 magnífico profesor, pero a vosotros os da igual, sólo era un número más de vuestra impersonal nómina.
Murió peleando por dignificar la profesión de enseñantes que vosotros habéis llevado al menosprecio y la desconsideración con vuestro populismo y vuestra pedagogía de la nada.
Murió rodeado de compañeros, de amigos estupefactos y de alumnos que gritaban en silencio para que no se fuese, pero vosotros no estabais porque no estáis nunca: la burocracia y la estadística demagógica, en la que ponéis todo vuestro empeño, os tenía muy ocupados.
Y vinieron sus familiares rotos y desorientados, y vosotros no estabais para consolarlos, para ayudarles en los trámites burocráticos, para ofrecerles cobijo en una noche larga después de un largo viaje hacia la desesperación.
Y se formó el cortejo fúnebre con las coronas y los recuerdos de sus familiares, de sus amigos, de los músicos de las distintas agrupaciones en las que había estado, del claustro, de la AMPA, de los alumnos y del personal no docente del IES Castillo de Luna, pero los vuestros no estaban porque no sabéis nada de ternura, de dolor compartido.
Y lloraron sus padres ancianos y destrozados, sus hermanos, sus cuñados pero a vosotros no os importó nada si tenía familia, si sus padres pueden sobrevivir sin su ayuda, si necesitan apoyo psicológico, si tienen medios para trasladar el cadáver hasta Albacete, porque vosotros no sabéis nada de nuestras vidas, no sentís nada, no tenéis corazón; porque vosotros sois unos robots de la políticas y la burocracia, sin alma, sin vida. VOSOTROS SOIS LOS MUERTOS. Juan Luis vive en nuestro amor a la enseñanza, en nuestra entrega, en nuestra rabia, en nuestra lucha a pesar de vuestra desidia y vuestra frialdad.

0 comentarios:

Edublog del Atrio © 2008. Sobre la plantilla original Sederhana, adaptada de Oh My Grid - WP theme por Thomas Arie